El helado en invierno

A pesar de ser un alimento intemporal, la opinión pública se divide entre quienes consumen helado en invierno y quienes prefieren probarlo solo en las estaciones más cálidas. Sin embargo, debemos señalar que es un alimento que se puede degustar en cualquier época del año, siempre que se elijan ingredientes de temporada para su preparación.

Helado de invierno

Siempre es bueno probar la fruta de temporada, ya que sin duda es más fresca, genuina y sabrosa. A pesar del hecho de que las frutas de verano son las más apreciadas por la mayoría, encontramos verdaderas delicias incluso entre las frutas de la temporada de invierno.

Por ejemplo, el caqui: originario de China, esta fruta con un bonito color naranja tiene un alto índice de azúcar, pero al mismo tiempo una alta concentración de vitamina C, potasio y betacaroteno. Por todas estas razones tiene propiedades diuréticas y purificantes.

Otra fruta que es verdaderamente protagonista de las mesas en invierno es obviamente la mandarina, una fruta cítrica fragante y jugosa, rica en vitamina C.

El helado de invierno: no sólo fruta

De este modo, en invierno, es posible preparar deliciosos helados gracias a las frutas de temporada, pero no sólo eso, hay sabores de helados muy buenos basados en otros ingredientes que no son sólo frutas.

Por ejemplo, podemos mencionar el que tiene turrón piamontés propuesto por RivaReno, basado en avellanas de alta calidad: un manjar que cruje bajo los dientes y llena la boca con todo su sabor.

Una vez más, RivaReno ofrece otro helado de invierno apreciado por adultos y niños, utilizando marron glacé de Piamonte, junto con la crema de castañas Agrimontana.

Helado cubierto de chocolate… ¡subiendo la temperatura!

Para los más golosos, existe la opción perfecta: el helado cubierto de chocolate que combina la densa voluptuosidad del chocolate caliente con la cremosidad del helado fresco del día con tu gusto favorito. La combinación de diferentes temperaturas y texturas combina perfectamente, creando un postre perfecto incluso en invierno, con un sabor intenso, rico y naturalmente aterciopelado.