Yogur griego: los beneficios

El yogur griego se diferencia del yogur tradicional tanto por su textura y sabor como por los beneficios que aporta al cuerpo, tanto a nivel cutáneo como intestinal (¡es un excelente aliado para la flora bacteriana!), especialmente si se consume en el desayuno.

Come obtener  yogur griego

La particular cremosidad y densidad del yogur griego se debe a su alto contenido en proteínas. ¿Pero cómo se consigue? Después de la estandarización de la leche, es decir, después de haberla llevado a una concentración predeterminada de grasas y proteínas, siguen otras cuatro fases:

  • La homogeneización, que actúa sobre la consistencia del producto evitando la formación de grumos;
  • La pasteurización, es decir, el tratamiento térmico que impide la proliferación de microorganismos patógenos y estimula el desarrollo de fermentos lácteos;
  • Enfriamiento, para ralentizar el metabolismo de los fermentos lácteos y para iniciar la gelificación del producto en sí;
  • El colado, que tiene por objeto eliminar el suero acuoso de la leche para que el yogur sea aterciopelado, denso, compacto y menos duro.

Yogur griego: beneficios para la piel

Aùn manteniendo las propiedades nutricionales de la leche, el yogur griego es más digerible.  Con un contenido reducido de lactosa y sin gluten, es un alimento que también pueden  consumir las personas intolerantes.  Rico en vitaminas (B2, B6, B12), probióticos, calcio, fósforo y potasio, el yogur griego es un aliado contra las dolencias estacionales y ayuda a mantener la piel más brillante. También se puede utilizar como una mascarilla para eliminar las células muertas (efecto scrub) y suavizar la piel. No sólo eso: el zinc y los probióticos que contiene ayudan a reconstruir la barrera natural de la epidermis. Se puede aplicar una capa en caso de quemaduras de sol. Además, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, el yogur griego es también una panacea para los ojos hinchados y las ojeras.

Yogur griego RivaReno para un saludable y genuino desayuno o merienda

Cremoso intenso, y ligeramente ácido, preparado en la lechería del norte de Grecia según la antigua tradición, el yogur griego Rivareno puede combinarse con miel, cerezas negras o compotas de frutas naturales.  ¡Es una excelente propuesta para un desayuno genuino y sabroso o una merienda con mucha energìa!